miércoles, 23 de enero de 2013

Campo semántico / campo asociativo.


EL AMOR. Manuel Rivas.






Él es jardinero. De muy pocas palabras. Diríase que se expresa con los dedos, escribiendo en la negra tierra con las uñas. Sus flores preferidas son las menudas, esas a las que llama alegrías, primaveras y maravillas. Me presenta a su mujer. Comprendo que esté orgulloso y que le alumbre los ojos como dos tizones. Es muy guapa y va enjoyada con una sonrisa envidiable. "¿Sabes cómo la enamoré?", me dice el jardinero. "Pues tirándole piedrecitas. Ella pasaba siempre por esa acera y yo le tiraba chinitas".Guijarros como palabras. Sólo el trastorno del amor puede producir esa distorsión del lenguaje y aceptarlo como un orden natural de las cosas. Es más, como el mejor orden deseable. El mundo tiene sentido cuando el joven obrero de la canción de John Lennon encuentra su chica y puede afirmar "all is right". Entre la primera mirada y el primer beso de Romeo y Julieta sólo transcurren 127 palabras. Un puñado de chinitas. Todo se pone patas arriba, es decir, todo está en orden. Y la condesa de Pardo Bazán puede decirle "mi ratoncito" al león Galdós sin que la naturaleza se perturbe.



                                                                                              El País, 7 de agosto de 1996.

lunes, 21 de enero de 2013

Otro texto para comentar.


      Los niños son más listos que nunca.


            Todos los padres lo saben: los niños de ahora son más listos que los de antes. La propia ciencia lo avala: hace veinte años los diferentes tests de inteligencia registraban para el alumno común un resultado en torno a los 100 puntos pero actualmente son casi 120. En menos de dos décadas se ha ganado una quinta parte de inteligencia. ¿Continuaremos, pues, afirmando que la especie se degrada, que la sociedad se empobrece, y que el saber va de mal en peor? Los niños resultan ser más inteligentes porque crecen en un entorno más diverso y repleto que les enriquece tanto como les exige hacerse más sabios. Las intrigas de los telefilmes o los videojuegos multiplican al menos por tres el grado de complejidad que veíamos, hace treinta años, en las series de TVE.
            Frente al repetido diagnóstico de los adultos empeñados en descalificar a los adolescentes porque no leen, se opone la evidencia de que el conocimiento no se obtiene ya en las profundidades de la cultura escrita sino en las superficies del plano audiovisual. (…)
            Lo superficial fue indisolublemente asociado a lo trivial y lo profundo a lo importante. Lo relevante, sin embargo, ahora es el saber extensivo, múltiple, en superficie y los posibles planes de estudio deberían tenerlo en cuenta. Hasta hace poco, podíamos decir que todo el saber se hallaba encerrado en los libros. Ahora, todo el saber que de verdad importa se encuentra en las pantallas y sus metáforas. Los adultos formados en los libros no podemos llegar a saberlo bien. No podemos llegar bien a ese saber. De hecho, cada vez mayor número de empresas de nueva planta se basan en encuestas dirigidas a adolescentes para orientar sus producciones.

                                               Verdú, Vicente. “Los niños son más listos que nunca”,
                                               en El País, 26 / 01 / 2006.


Además del comentario, explique el significado en el texto de las palabras destacadas en negrita.

Texto para realizar un comentario completo


Matrimonios. Juan José Millás

Los matrimonios entre las palabras son más sólidos que los del Hollywood actual. Echas un vistazo al periódico y ahí están, envejeciendo juntos, términos como uranio enriquecido, despliegue militar, memoria frágil, asignatura pendiente, banda armada, seguridad privada, gas natural, guardia civil, páginas amarillas, realidad nacional, inyección moral, consejero delegado, comunicado oficial, inflación anual... Inflación, por cierto, es bígama, pues se la ve mucho también con subyacente. No es el único caso, pero sí uno de los más activos: hay días en los que aparece copulando con anual en la primera página y con subyacente en la segunda, es que no para. En cualquier caso, sería muy de agradecer que todos estos matrimonios hicieran un intercambio de parejas para alumbrar uniones más estimulantes: militar frágil, guardia amarillo, uranio moral, memoria enriquecida, seguridad civil...
Aunque no todos los matrimonios entre palabras son tan convencionales. Ayer encontré un trío: "Proyecto Gran Simio". Estos enlaces de tres palabras, sin ayuda de preposición o artículo que les ayude a articularse, constituyen rarezas muy interesantes. Proyecto Gran Simio. Sorprende la naturalidad con la que se pronuncia, la sencillez con la que sale de la boca, lo que quiere decir que los tres vocablos se llevan bien. Tal vez no se trate de un trío sexual, sino de una familia. Posiblemente, proyecto sea hijo de simio, que es a su vez cónyuge de gran. Ello explicaría la ausencia de conflicto. He aquí, en cualquier caso, un ejemplo de convivencia verbal del que, con la que está cayendo, deberíamos tomar nota.
Pero no es la única rareza con la que he tropezado esta semana. Así, entre los matrimonios convencionales, de sólo dos palabras, descubrí uno completamente nuevo, al menos para mí. Se trata de "inteligencia seductora". Di con él en la contraportada de La Vanguardia. Inteligencia venía metiéndose en la cama hasta ahora con voces tales como diabólica, emocional, aguda, incluso con militar, pese a la incompatibilidad aparente, pero jamás con seductora. Me gusta este nuevo maridaje, inteligencia seductora. Lo que hace falta es que pase de la gramática a la realidad. Y que sea para bien.
EL PAIS, 05-V-2006